Los masajes no son solo una técnica: son una forma de escuchar al cuerpo y cuidar el alma.
Cada persona es única, y cada cuerpo tiene su historia. Por eso, mis masajes se basan en la presencia, el respeto y la intuición.
A través del tacto, se liberan tensiones físicas, bloqueos emocionales y se activa la energía vital.
Tipos de masajes
Relajante
Ideal en momentos de estrés, ansiedad o agotamiento. Relaja el sistema nervioso, mejora el descanso y te devuelve a tu calma interior.
Descontracturante
Trabaja sobre zonas de tensión (cuello, espalda, hombros, piernas). Libera contracturas, rigidez y mejora la postura corporal.
Deportivo
Para quienes practican actividad física. Mejora la recuperación muscular, previene lesiones y prepara el cuerpo antes y después del esfuerzo.
Terapéutico
Fusión de técnicas manuales y energéticas para abordar dolencias físicas (lumbalgias, cervicalgias, ciáticas…) y procesos emocionales o estrés crónico. Trabaja desde lo profundo para restaurar el equilibrio cuerpo-mente.
Cráneo-facial
Libera tensiones en cabeza, rostro y mandíbula. Alivia migrañas, bruxismo, tensión ocular, insomnio o sobrecarga mental, actuando de forma sutil y sanadora sobre el sistema nervioso central.